Lo que inicialmente se esperaba como un discurso de apoyo se convirtió en un espectáculo vergonzoso, con pancartas y un líder casi de espaldas al público.
El incidente ocurrió cuando representantes de la CGT solicitaron la palabra para expresar su respaldo. Sin embargo, en lugar de centrarse en el mensaje, intentaron imponer su presencia levantando una gran bandera, desafiando el acuerdo previo con los centros de estudiantes autoconvocados, que establecía que la cabecera del acto sería representada por los centros de estudiantes.
Este desplante no solo generó reacciones airadas por parte de los presentes, sino que también evidenció una falta de coordinación y respeto hacia los acuerdos establecidos.
Al final, la CGT se retiró entre abucheos, dejando en claro que su intento de protagonismo había sido mal recibido.
La lucha por los derechos la educación pública debe ser un esfuerzo conjunto, donde todas las voces sean escuchadas, pero siempre respetando los acuerdos y la organización previamente establecida.