Martes 05 de Agosto de 2025

EDITORIAL

¿Se Olvidaron de la Ley?

El 8 de agosto marca el inicio formal de la campaña electoral, un momento crucial para los partidos políticos que buscan defender y promover sus propuestas ante un electorado cada vez más exigente. Sin embargo, resulta alarmante observar cómo algunos de estos partidos, que deberían ser los primeros en respetar la ley, han comenzado a realizar actos y presentaciones con signos de campaña mucho antes de que esta oficialmente comience.

 

En un contexto donde el respeto por las normas es fundamental para el progreso institucional, parece que esta primera premisa se ha olvidado. La reciente actividad política ha estado marcada por un derroche de colorido, videos y presentaciones rimbombantes que distorsionan el sentido de la verdadera campaña electoral. Lo que debería ser un espacio para la reflexión y la presentación de propuestas se ha convertido en un espectáculo donde predomina la imagen sobre el contenido.

Es preocupante que aquellos que se postulan a ocupar cargos de responsabilidad no solo en las localidades, sino también en la legislatura provincial, carezcan de un vínculo claro y visible con sus comunidades. En muchos casos, los candidatos no son conocidos por los vecinos; su popularidad se limita a la virtualidad y a las pantallas, y no a un contacto genuino con la ciudadanía. El electorado merece conocer a quienes aspiran a representarlo, y esto no puede lograrse solo a través de la mera promoción publicitaria.

Esta campaña es distinta a otras, pues los ciudadanos están cada vez más cansados de la falta de conexión entre sus representantes y sus necesidades reales. La ausencia de personalidades que se identifiquen con los problemas locales deja en claro la desconexión que existe entre los políticos y el pueblo. Es imperative que los partidos miren hacia adentro y reconsideren sus estrategias; no se puede ganar la confianza del pueblo desestimando la ley y el respeto por las normas que rigen el proceso electoral.

Los partidos políticos tienen la responsabilidad de asegurar que el enfoque de la campaña esté alineado con el progreso institucional. Solo así podrán recuperar la confianza de un electorado que espera propuestas concretas y soluciones a problemas específicos. En lugar de anteponer el espectáculo a la sustancia, es hora de priorizar la transparencia y la rendición de cuentas.

A medida que nos adentramos en este proceso electoral, es vital que los ciudadanos exijan a sus candidatos un compromiso serio con la ley y una verdadera conexión con su comunidad. La democracia se nutre del respeto y la responsabilidad, y es nuestra tarea asegurarnos de que quienes buscan representarnos se adhieran a estos principios fundamentales.