La decisión fue emitida por el Papa León XIV mediante rescripto fechado el 10 de octubre de 2025, y ratificada por el Obispado de San Nicolás de los Arroyos en un comunicado fechado el 10 de noviembre.
El documento, firmado por el canciller Gustavo Forastieri, establece que Vázquez queda excluido del ejercicio del orden sagrado y de toda función pastoral, docente o directiva en instituciones eclesiásticas y académicas vinculadas a la Iglesia.
La resolución papal, de carácter supremo e inapelable, se produce luego de que el caso tomara estado público a partir del testimonio de Sabrina Russo, quien denunció haber sido víctima de acoso y violencia por parte del sacerdote durante su paso por la comunidad de Santa Julia. La repercusión mediática y el seguimiento institucional derivaron en la confirmación oficial de su dimisión.
Desde el Obispado se aclara que, además de perder los derechos y dignidades del estado clerical, Vázquez queda dispensado del celibato y de todas las obligaciones derivadas de su ordenación. No podrá predicar, enseñar teología ni ejercer cargos en seminarios, colegios religiosos ni universidades vinculadas a la autoridad eclesiástica.
La dimisión de Vázquez marca un punto de cierre en el proceso canónico iniciado tras las denuncias, y confirma la intervención directa del Vaticano en un caso que tuvo fuerte impacto en la comunidad pergaminense.
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