Jueves 05 de Diciembre de 2024

El Puente de Hierro de Pergamino: Historia, Origen Británico y el Mito de la Sanación

El Puente de Hierro de Pergamino es un ícono que conecta más de un siglo de historia con la identidad de esta ciudad bonaerense. 

Construido en una época de auge ferroviario y diseñado para responder a las necesidades de una comunidad en crecimiento, este puente no solo representa el ingenio de la ingeniería del siglo XIX, sino que además guarda un legado cultural único, entrelazado con mitos populares y entrañables recuerdos.

Una obra de ingeniería con sello londinense

Inaugurado en 1898, el Puente de Hierro fue fabricado por la prestigiosa metalúrgica Andrew Handyside & Co., ubicada en Derby, Inglaterra. Esta empresa, famosa por producir estructuras de hierro de gran precisión y calidad, se encargó de diseñar cada pieza del puente, que luego sería trasladada a Pergamino para su ensamblaje.

La obra fue parte de un acuerdo entre el Ferrocarril Central Argentino y la Municipalidad de Pergamino en 1904, cuando se decidió cerrar el paso a nivel de la calle Rocha para evitar accidentes y agilizar las tareas ferroviarias. En reemplazo, se instaló este paso elevado, de 150 metros de longitud, que conectaba el centro de la ciudad con el barrio Acevedo, marcando el inicio de una nueva etapa de desarrollo urbano.

Una vista privilegiada y su rol en el progreso

Desde su altura, el puente ofrecía una vista panorámica del predio ferroviario, un bullicioso escenario de maniobras de locomotoras y vagones que transportaban cereales y otras mercancías hacia los puertos. Con el tiempo, este paisaje fue complementado por el Parque España y el viaducto Héroes del ARA General Belgrano, inaugurado en 2005, que mantiene viva la función de conexión del puente.

El Puente de Hierro no solo permitió optimizar las actividades ferroviarias, sino que también se convirtió en un símbolo del progreso. Su diseño funcional, resistente y moderno para la época, reflejaba el impacto de la tecnología británica en la Argentina de finales del siglo XIX.

El puente que sanaba: la magia del vapor ferroviario

Más allá de su utilidad práctica, el Puente de Hierro quedó inmortalizado en la memoria popular por un curioso fenómeno: su capacidad para sanar. En aquellos años, cuando las opciones médicas eran limitadas, las madres de Pergamino encontraron en las locomotoras de vapor un recurso improvisado pero efectivo para tratar problemas respiratorios en sus hijos.

Se cuenta que estas mujeres llevaban a sus pequeños al puente, donde esperaban el paso de los trenes. Cuando las locomotoras liberaban vapor, los maquinistas, conscientes de esta práctica, solían detenerse momentáneamente bajo el puente para permitir que los niños inhalaran las nubes calientes. Este vapor, mezclado con el amor y la dedicación materna, ayudaba a aliviar bronquitis y resfriados, "aflojando los mocos" que dificultaban la respiración.

Aunque hoy estas escenas puedan parecer anecdóticas o incluso sorprendentes, son un testimonio del ingenio y la solidaridad que caracterizaron a una época en la que los recursos eran escasos pero la comunidad encontraba maneras de adaptarse a las circunstancias.

El legado del Puente de Hierro

Con el tiempo, el puente dejó de ser utilizado como cruce ferroviario y se transformó en un paso peatonal. Actualmente, es un lugar de encuentro, recreación y memoria, donde los habitantes de Pergamino pueden revivir la historia de su ciudad mientras disfrutan de vistas únicas.

Más que una estructura de hierro, el Puente de Hierro es un símbolo de identidad para los pergaminenses. Es un recordatorio de los días en que el ferrocarril era el motor del crecimiento, cuando el vapor de las locomotoras no solo movía vagones, sino también corazones.

Caminar por el Puente de Hierro es transitar por más de un siglo de historias entrelazadas: su origen londinense, su impacto en el progreso local y la entrañable costumbre de convertir una obra de ingeniería en un lugar de esperanza y sanación. Es un testimonio vivo de cómo una estructura puede trascender su funcionalidad para convertirse en parte del alma de una comunidad.